Mas Iniciativas Menos Subordinación

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lunes, 7 de abril de 2014

La Revolución Industrial de Mijailo Mijailov

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR
PREGRADO EN ECONOMIA
MODULO DE DESARROLLO ECONÓMICO
PROFESOR: JORGE NAVARRO HERNANDEZ

Elaborado por: Víctor José Flórez Mora


RESEÑA ANALÍTICA

1  Identificación del texto
Autores: Mijailo  I. Mijailov
Título: La Revolución Industrial
Editorial: Atenea Ltda.
Año de publicación: 2004
2  Palabras Claves
Inglaterra,   Desarrollo,   Manufactura,   Artesano,   Capitalismo,   Social,  Máquina de Vapor,   Burguesía Industrial,   Proletario Fabril,   Movimiento Obrero,   Socialismo.
1. DESCRIPCION DEL DOCUMENTO
Al comenzar la lectura del texto antes mencionado el lector se encuentra con el punto de vista del autor acerca de los diferentes acontecimientos que han precedido el desarrollo de la sociedad a través de la historia.
Desde su perspectiva nos manifiesta las verdaderas condiciones vividas durante el desplazamiento del trabajo manual por la producción maquinizada, siendo esta un determinante de los grandes cambios sociales, políticos, culturales y económicos acontecidos a mediados del siglo XVIII. La revolución industrial represento un fenómeno social en su época, el desequilibrio del modo de producción se mostró como señal de lo que había de esperarse por el nuevo acontecimiento.
En Inglaterra en el siglo XVI prevalecía la figura del señor feudal, dueño de la tierra y de los medios de producción, estos manejan a sus anchas el parlamento puesto que sus representaciones en este eran mayoría. A su favor las leyes, despojaron de sus tierras a miles de campesinos, quienes sin remedio siguieron la ruta de la gran ciudad. Algo nuevo para ellos. Allí fueron convertidos en vagabundos por la fuerza de la desigualdad y obligados a trabajar como obreros asalariados cualesquiera fueren las condiciones. La ruina del campesino y de artesano de la producción manual, dio paso a la formación del proletariado industrial, así como a la burguesía industrial.
Las nuevas clases se vieron favorecidas por numerosas leyes, las cuales permitieron a estos la acumulación de grandes capitales a costas del saqueo, esclavización, entre otras formas de violencia. Los mismos que aprovecharon el descubrimiento de la nueva América, las nuevas rutas de navegación para extender su dominio, el mismo que en su tiempo permitió a los Ingleses ser potencia marítima. Los favorecidos, la burguesía pudo extraer riquezas de variados territorios para financiar su poderío sobre la base de la nueva industria.
Los menos favorecidos, la clase obrera, miran desolador el panorama pues la llegada de las maquinas desplazarían lo manual por la técnica. La “lanzadera” hace su aparición en 1733, también los “rodillos de estirar” en 1765 inventada por White y Lewis, las cuales vendrían a ser la solución de la eficiencia en la producción para ese entonces. En 1765 el tejedor Hargreaves invento la “hiladora Jenny” la cual vendría a marcar un antes y después del trabajo manual a gran escala. Sin embargo, para alegría de unos y zozobra de otros en 1765 se inventa también la primera máquina a vapor por James Watt, presidiendo una nueva etapa de la revolución técnica.
La máquina a vapor podría ser construida en cualquier parte, quizás en cercanías del carbón mineral necesario para su funcionamiento y también en las ciudades en aras del mercado y en la consecución de materias primas. Con el comienzo de la industria se hace imprescindible el perfeccionamiento de la siderurgia y la minería, materiales óptimos para fabricar las maquinas, logrando buen resultado al incrementar los hacinamientos de fruiciones de cobre, minas de carbón, depósitos y canales, entre otros.  Con la creciente ampliación del mercado y la producción los medios de comunicación se mostraban deficientes, se hacía necesario la creación de nuevas carreteras y el nacimiento de la comunicación fluvial la cual se convirtió en la forma de transporte más implementada a finales del siglo XVIII. A la utilización del vapor, nacen los barcos y locomotoras a vapor, mostrando gran desarrollo en sus inicios a favor de la industrialización, aún más el ferrocarril que jugó un papel relevante en el transporte de carga reduciendo el tiempo del recorrido.
Otro marcador, era, sin duda el aumento acelerado  de los capitales industriales que contrastaba con el decrecimiento del nivel de vida e identidad de las masas trabajadoras, aun así la población aumentaba indiscriminadamente tanto que en 1801 se había incrementado dos millones y medio. Simultáneamente a este crecimiento, las ciudades también mostraban una continua expansión augurada por la despoblación del campo en 1831. En consecuencia, la pobreza incesante era la realidad latente de los obreros, las deficiencias habitacionales y de salubridad  eran indignantes recalcando el acabose de miles de personas en extrema pobreza.
Resulta paradójico apreciar que la desgracia y miseria de unos, genere en tiempo y forma la riqueza de otros. Los nuevos ricos Ingleses, es decir, la burguesía industrial era en si la dueña de los grandes negocios referentes a la industria que abarcaba rápidamente los mercados locales, nacionales y extranjeros. La piedra en el zapato eran las imposiciones estatales; entonces nace la necesidad de liberar la actividad económica del intervencionismo del Estado, se habla ya de libre competencia. Aquí nacen teorías como el “derecho natural” y el racionalismo, que se mostraron como instrumentos burócratas para reducir la acción del Estado. A esto se suman las teorías de Adam Smith, contrarrestando las ideales de la fisiocracia la cual daba importante papel en la riqueza de la nación la cual obedecía solo a la agricultura, caso contrario a la posición de Smith, “el trabajo es la única fuente de riqueza, pues sin su aplicación la tierra no es ninguna riqueza. Se precisa la división del trabajo”.
Los altos dividendos de la burguesía iban en aumento, pero la situación de los obreros distaba de buena calidad. El trabajo controlado, jornadas de 18 horas, retribución casi nula y la utilización de niños en el trabajo pesado marco el tope de la intolerancia, despotismo y una actitud genocida del patrono, a quién solo interesa  sus ingresos. La explotación a la masa de trabajadores, fue dando lugar a numerosos movimientos obreros, los cuales pedían igual de condiciones y el respeto de sus derechos como personas. La creación de sindicatos y la movilización de miles de personas asustaban al capitalista, quien recurría a sus influencias para disipar la muchedumbre. Las peticiones al parlamento de cambios en las reglamentaciones, la jornada de trabajo, la prohibición del uso de niños en el trabajo pesado y la participación libre en situaciones electorales eran las propuestas de las masas obreras, quienes pedían si adoptase la “carta del pueblo”, pero siempre recibieron negativas por parte del parlamento. Esta situación, dio paso a grandes movilizaciones e insurrecciones, llevados a cabo por grupos como los Cartistas que buscaban la reforma del régimen político. Al final todas estas manifestaciones hicieron eco en los intereses de los burgueses, quienes veían como se destrozaban sus máquinas y fábricas, a esto respondieron finalmente con la modificación de leyes a favor de la clase obrera.
La revolución tuvo lugar en varios países, en Francia apareció en el decenio del siglo XVIII, con más retraso. La opresión a la clase obrera se dio a gran escala, las condiciones de vida de estas personas eran las peores, tanto así, que alrededor del problema se formaron también grupos y movimientos obreros para luchar en contra del modelo capitalista en formación. En Alemania el dominio feudal y el fraccionamiento político de los estados hicieron que se retrasara la implementación de máquinas en la fabricación de productos, ya en el siglo XIX las maquinas eran necesidad de producción y por ende era necesario “manos libres” para la industria. En Alemania se resalta el movimiento obrero de los tejedores de Silesia, quienes hicieron por muchos años oposición al modo de producción capitalista.
En Estados Unidos, la implementación de las maquinas fue muchos más rápido pues su cercanía con Inglaterra era bastante considerable, en desarrollo aparecieron los grandes canales fluviales, locomotoras y carreteras que permitieron generar progreso a la industria del país. Las condiciones de la clase obrera eran muy diferentes que en el resto de países, en cuanto a explotación se refiriere, pero igual no era del todo satisfactorio lo cual produjo movimientos obreros para pedir por la libre sufragacion, la elegibilidad, entre otros.
En Rusia también predominaba el señor feudal y la figura de la servidumbre, aspectos que minaban el desarrollo industrial; la falta de obreros y de apoyo a los nuevos métodos de producción hicieron que la revolución se diese por allá por la década del 30 del siglo XIX.
A consecuencia, los grandes movimientos obreros en los diferentes países donde tuvo lugar la revolución industrial, dieron nacimientos a las teorías socialistas. Su consigna estaba representada en el derrocamiento de la burguesía y de las clases opresoras, esto vislumbraba la protección estatal para las clases más pobres y la transformación de los modos de producción. Aquí el factor determinante era el trabajo, -Marx decía- la sociedad comunista podría inscribir en sus banderas “de cada uno según su capacidad: dar a cada uno, según sus necesidades”. Las nuevas ideas daban por hecho que para acabar el yugo del capitalismo es necesaria una revolución comunista.  
2.  METODOLOGIA
La metodología utilizada por el autor es pedagógica-explicativa. El autor recurre a planteamientos de sucesos históricos que le permiten desenvolverse sobre la base del problema y procede a explicar cada periodo de manera crítica y sencilla.
3.  JUCIO CRÍTICO
El desarrollo industrial de la Inglaterra del siglo XVIII y posteriormente del resto de países muestra el proceso de grandes cambios sociales, políticos, culturales y económicos reflejados en la sociedad actual. Los movimientos obreros que luchaban por mejores condiciones de trabajo y habitabilidad, paradógicamente fueron a lo largo del tiempo estímulos para cambiar reglamentaciones y poner en jaque a los dueños de los grandes capitales, quienes insaciables explotaban al salir y ocultarse el sol a millares de obreros sin identidad. El empobrecimiento de los menos favorecidos era una consigna, mientras la burguesía a sus anchas perpetuaba la estabilización del modo de producción desigual y acaparadora, del cual ha de vivir sobre migajas quien no posee capital alguno.
Actualmente vivimos bajo condicionantes que han tenido lugar desde fechas más remotas, los millones de pobres y mendigos son el reflejo predominante de hoy de la basta distribución de los ingresos y de la concentración de los recursos en pocas manos y hasta en determinadas zonas geográficas. Las estructuras políticas compuestas por grandes capitales dirigen su interés a través del parlamento, generando desfases sociales en los grandes conglomerados quienes ven incierto un futuro mejor.
4.  CONCLUSIÓN
De los muchos acontecimientos y las marcadas luchas que han dejado a su paso la brecha para que se pueda evaluar la restructuración de un descalificador sistema, puesto que permite ver irrealizable la estabilización económico-social en cuanto a las diferentes clases se refiere.
La satisfacción de las necesidades humanas ha provocado derramamientos de sangre y no menos el exterminio de comunidades enteras en lo largo de la historia, los efectos de la revolución industrial sentó las bases para la determinación de clases y la exuberante realidad campante muestra cómo ha sido tergiversada nuestra forma de vida. Ha sido llevada al extremo de ser obligada a acomodarse a los intereses de pocos. Las organizadas economías actuales,  pueden desde su seno hacer partícipe a quien necesita de ello, establecer proyectos verdaderos en aras de mejorar de forma constante la ya degradada existencia de millones de personas.










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